viernes, 22 de mayo de 2009

Grandes figuras , logros postergados- Perfil de Ermindo Onega .

COMIENZA UNA MALA RACHA

Después de la serie de triunfos que vivió River de 1952 a 1957, el club cayó en una etapa de colocaciones humildes en comparación con la posición que venía manteniendo, y no pudo recuperar su hegemonía hasta varios años después.

Todos coinciden con que fue el fracaso del seleccionado argentino en Suecia el que desalentó al equipo. La hinchada pide goles, adora al triunfador y desprecia al que fracasa. Esa es la triste suerte del deportista de todos los tiempos: es idolatrado cuando triunfa y olvidado cuando la suerte no lo sigue. Cuando el seleccionado llegó a Ezeiza, al gigante Néstor "Pipo" Rossi, el que fuera líder y alma del genial equipo campeón, lo recibieron abucheándolo y tirándole monedas, como al resto del equipo, en un incidente que fue una triste noticia de primera plana. Detrás de eso vino un partido en que River se enfrentó a San Lorenzo de Almagro en el estadio Monumental, y San Lorenzo ganó por 4 a 2 en un partido que tristemente terminó con la expulsión de "Pipo" Rossi. Esa fue la gota que rebalsó el vaso para el último caudillo del club, y "Pipo", después de esa última derrota, no volvió a jugar más para River, pasando en 1959 a vestir la camiseta de Huracán. Ese fatal 6 de Julio también terminó con el invicto que mantenía el Monumental desde la segunda rueda del campeonato de 1954, cuando Newell's le había ganado 2 a 1.

Otro episodio que les jugó en contra fue que por unos incidentes que hubo en un partido de River contra Vélez Sarsfield, la AFA les suspendió el uso del Monumental por cinco fechas. En protesta a esta medida, River no se presentó a jugar con Huracán en la quinta fecha de la segunda rueda, lo que fue sancionado por el Tribunal de Faltas con el descuento de dos puntos en el marcador riverplatense. Si hubiera ganado el partido con Huracán, River hubiera sido subcampeón.

River tuvo una campaña esforzada, en la que sin embargo sólo pudo llegar a un magro quinto puesto detrás de Boca, Racing, San Lorenzo y Atlanta. Obtuvo 35 puntos conseguidos en 14 partidos ganados, 7 perdidos y 9 empatados en 30 jugados. River triunfó en cuatro partidos por goleada en el Monumental, que es el estadio donde siempre lució más efectivo: ante Central Córdoba y ante Estudiantes 5 a 2; ante Rosario Central 5 a 1 y frente a Tigre 5 a 2. Junto con Rossi partió con un pase Lostau, y River se quedó así sin dos de los hombres que le dieron más triunfos.

El goleador de la temporada fue el flamante Ermindo Onega, que logró 15 tantos, seguido en eficacia por Menéndez (10), Labruna (9), De Burgoing (8), Zárate (6) , Nuin (3), Urriobelaitia , Juan Vairo y Villagarcía , 2 cada uno. Federico Vairo, Prado, Scandoli, Zarich y Milne (en contra) hicieron un gol cada uno. El vasco Urrobelaitia fue el jugador que participó en más partidos (29), seguido por Alfredo Pérez (24) , Juan Malazzo (22) , Adolfo De Bourgoing (21) , y Ermindo Onega (21).

River salió quinto en la Copa Suecia que organizó el Club Atlético Atlanta, ganando 4 partidos, empatando 3 y perdiendo 7 de los 14 disputados. Tuvo 23 goles a favor y 30 en contra. Tuvo encuentros amistosos ante equipos extranjeros y partidos pretemporada en una gira sudamericana con un desempeño modesto comparado a las goleadas que realizara River en otros años. No había mucho para festejar, por ende se resolvió levantar los ánimos conmemorando el cincuentenario del ascenso a primera división, en las primeras fechas del torneo.


EL "RONCO" ERMINDO ONEGA

Onega tuvo la mala suerte de pasar por River en la peor de las épocas que tuvo el club. Otro hubiera pasado desapercibido en tan mala racha, ya que River perdía terreno ante el mismo Ferro Carril Oeste, que en 1959 pasó adelante de River en un cuarto puesto, dejando en un lejano quinto puesto al alicaído ex- campeón múltiple.
Pero la gentileza, la honestidad, la capacidad de estrategia en la cancha y la calidad de juego de Onega, marcaron sus actuaciones en River como algo digno de disfrutar, aún cuando los resultados finales no fueran tan alegres.
Ermindo llegó de Las Parejas, Santa Fé, para jugar en la sexta de River, invitado por Pezzutti - delegado de la sede rosarina del club- junto con Zarich y Sarnari. Por una suspensión que dejó afuera a Labruna en un partido contra Vélez, le tocó reemplazar al eterno crack. A pesar de que perdieron 5 a 1 contra San Lorenzo, Onega venía de ser el goleador de la quinta división, que había obtenido el título. El rendimiento de Onega era tal, que en 1957 jugaba todos los fines de semana completos, por estar en dos divisiones al mismo tiempo.
Tuvo la oportunidad de ser puntero derecho jugando con Delem, pero no quiso, sabiendo que su verdadero lugar era de número 10. Las veces que jugó de 7 fue obligado y mal, ya que corría para el medio casi sin querer. Formó una delantera genial con Cubillas, Sarnari, Artime y Mas, al que le mandaba las pelotas como en bandeja. Poco después Onega fue transferido a Peñarol, y a partir de ese momento no paró de integrar seleccionados, luciéndose con sus remates en el Mundial de Inglaterra '66, donde cosechó ovaciones de todos los europeos. Pases cortos, amagues, cambios de ritmo, y corridas súbitas que sorprendían al rival eran las características de su juego, muy pensado y nada improvisado.
Era muy afable y se granjeó la amistad de todos. El se definía como "nervioso, aunque no lo demuestre" y muy apegado a su padre, "mi mejor amigo y consejero". En el '72 pasó a Vélez y de ahí terminó su carrera en Chile. Jugó 11 años en River, convirtiendo 102 goles en total para este club y Vélez.

Los Vairo : ES BUENO QUE LOS HERMANOS PELEEN

Juan y Federico Vairo fueron dos hermanos que jugaron juntos en River en esta campaña. Los Vairo llegaron de Rosario Central. Federico fue uno de los suplentes beneficiados con la huelga del '48, en la que pasaron a ser titulares. Hombre de gran panorama, dominaba la cancha jugando de 5, 4 o 3 con la misma facilidad. Su hermano menor, Juan, jugó dos años con él en River.
Cuando ambos jugaban en el equipo de Rosario Central sucedió algo gracioso. En un partido contra Independiente, Juan estaba jugando mal, el estadio entero le gritaba y a su vez Juan respondía insultando a la tribuna. Cuenta Federico: "Como le hacía gestos a la tribuna de que se callara, yo le dije que se calmara, y me insultó a mí .Me lo quise comer crudo. Lo encaré, y comenzó a correr por toda la cancha, y yo lo corrí atrás para matarlo. La hinchada se mataba de risa, mientras el partido iba 1 a 1. Juan se enloqueció y entró a jugar como nunca. En pocos minutos le hizo tres goles a Simonetti. Ganamos 4 a 1 . Todavía me parece estar escuchando los aplausos de los hinchas. Después de eso, la gente me pedía que lo corriera todos los domingos. "Federico Vairo se compró su propio pase para jugar en el O'Higgins de Rancagua, Chile hasta 1966. Cuando ya pensaba dejar el fútbol lo convenció de jugar en Deportivo Cali, donde jugó hasta que el dislocamiento de un hombro lo obligó a seguir trabajando como director técnico de varios clubes. Como experiencia, le resta pensar que el mejor lugar donde dos hermanos pueden pelearse es en la cancha y durante un partido.

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