viernes, 22 de mayo de 2009

Una desgracia que fue una suerte - Amigos ante todo - Retrato de Angel Labruna

UNA DESGRACIA QUE FUE UNA SUERTE ENORME

En el campeonato de 1939 River tuvo la desgracia de que Moreno fuera excluido del equipo, por su bajo rendimiento. Los demás jugadores, indignados ante la decisión, optaron por solidarizarse con Moreno, negándose a presentarse al partido siguiente, que se disputaría frente a Atlanta. Pero tuvieron el buen recaudo de armar antes un equipo con la cuarta especial, que fue el encargado de reemplazar a los titulares hasta lograr el segundo puesto después de Independiente. Esta actitud habla a las claras del espíritu de compañerismo que había en el equipo, y demuestra que el defender a un colega no está reñido con el profesionalismo. Aún sin ellos, el campeonato se pudo terminar con 100 goles por parte de River y 103 hechos por el campeón.

Pero lo que pareció primero una desgracia- la exclusión de Moreno- resultó ser, por las vueltas de la vida- uno de los incidentes más afortunados de la historia del club.

En esa tercera división que le sacó a River las papas del fuego cuando abandonaron el campeonato todos junto a Moreno, había un muchacho que maravilló con un juego tan aguerrido, que a su equipo se le conoció como "Los Guerrilleros". Fue el jugador que más tiempo jugó en River, batiendo un record absoluto de permanencia en el mismo club. Fue, en cierta forma, la personalidad más descollante de la famosa "Máquina". Mencionarlo a él es como mencionar al mismo River Plate. Estamos hablando del delantero que durante años definió el estilo de River. Ese muchachito de la tercera división se trataba nada menos que de Angel Labruna. El destino quiso que la sanción a Moreno le sirviera a River para descubrir a Labruna entre sus más importantes valopes.

Tal vez sin ese incidente Labruna hubiera llegado igual a primera división, pero no tan rápidamente. Y tal vez los tiempos no hubieran coincidido con el del resto del equipo, como para que formara luego un grupo tan exactamente preciso y compatible como fue el de "La Máquina" .Labruna lo explicó años después: "Mi pase a primera se lo debo a Renato Cesarini, que era un visionario. El fue quien empezó la costumbre de las concentraciones antes de los partidos. Pero yo sé que si Moreno no hubiera sido excluido del equipo , yo hubiera quedado para siempre jugando de suplente, porque ocupábamos el mismo puesto .Fue Cesarini quien decidió ponerlo a Mopeno como número 8 y darme a mí el diez. Con Lostau hizo otro cambio: era zaguero izquierdo, lo mandó de puntero, y llegó a ser un fenómeno."

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ANTE TODO, AMIGOS

Además de ser buenos compañeros, los miembros del equipo habían llegado a ser amigos de verdad, compartiendo salidas, reuniones y visitas en las casas particulares. "Nuestros padres fueron los responsables de que nos hiciéramos tan amigos: nos invitaban a todos a cenar a casa de uno u otro, generalmente los miércoles o jueves."-relató Adolfo Pedernera- "Cuando todo el equipo venía a mi casa , Moreno entraba pidiéndole a mi mamá su plato favorito: "!Doña Rosa, hoy puchero o ñoquis!", le decía."

Tanto Peucelle como Cesarini les inculcaron el juego en conjunto, y el compañerismo por sobre el lucimiento personal. "Podíamos tener nuestras agarradas, claro. Pero por más enojados que estuviéramos, en la cancha las broncas desparecían.", contó Pedernera. Tal vez ese espíritu de amigos trabajando juntos- sin celos ni rivalidades, todos por el equipo- es lo que hizo a River grande, y es lo que hace que esa grandeza y precisión en el deporte sea hoy en día algo casi imposible de repetir.
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LABRUNA, EL ANGEL DE RIVER

Angel Labruna había nacido a metros de la cancha de Tagle y Alvera, en pleno Barrio Norte, el 28 de Septiembre de 1918.Cuando tenía 10 años, su padre lo asoció al River, donde comenzó jugando al básquet. Tres años después- en 1932- jugaba al mismo tiempo al básquet como cadete y al fútbol en sexto división. En 1935 pasó a cuarta matutina y en 1936 a cuarta especial, y entonces cambió definitivamente los cestos por los arcos, ya que la cuarta le proveía un sueldo de 25 pesos. Los goles del '38 le aumentaron triplicaron el sueldo, y fue el 18 de Junio de 1939, reemplazando a un Moreno lesionado, que debutó ante Estudiantes. Después de una derrota de River 1 a 0, volvió a la tercera, de donde regresó a la primera para reemplazar al Moreno excluido. La huelga de jugadores le permitió lucirse en 9 partidos, en los que ganaron siete, empataron uno y sólo perdieron ante Racing. El 15 de Octubre de 1939, un cabezazo al arco de Atlanta marcó el primero de una serie total de 292 goles en River Plate, que describen la notable carrera de Labruna. El jugador consiguió , en 1947, hacer el promedio de 0,888 goles por partido: en 18 jugados, convirtió 16 goles. Labruna conocía las mil y una maneras de meter un gol, ya fuera de costado, de diagonal, con cabezazos, de media cancha o zambulléndose en la red.

Pero lo más destacable en Labruna era la potencia igualada de sus dos piernas, que manejaba con la misma facilidad. Tenía un pique acelerado, una velocidad que dejaba a todos detrás, y un remate lanzado en mitad de la carrera que marcó un estilo inconfundible y muy personal. Esto lo demostró durante sus 21 años continuos jugando en la primera de River, por lo que también se lo llamó "El Eterno".Jugó en los campeonatos sudamericanos del '46, '55 y '56, y en el '58 formó parte del seleccionado nacional en el Mundial de Suecia. Entre 1942 y 1958, Labruna jugó 36 partidos, convirtiendo 17 tantos. Fue director técnico de Platense desde 1961, director técnico de River en 1963, luego dirigió a Defensores de Belgrano, volvió como DT de River de 1968 a 1970,dirigió Rosario Central (campeones 1971), a Talleres de Córdoba hasta 1974, volvió a dirigió a River de 1975 a 1981, y por último dirigió a Argentinos Juniors hasta que falleció en 1983.

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